La lógica económica, hasta ahora, ha hecho que las crisis y sus consecuentes reducciones presupuestarias se ceben con los sectores menos productivos, considerados incluso ornamentales por la sociedad y por los poderes públicos. Entre ellos, sin duda, se encuentra la cultura en general y los museos en particular (en 2010 las reducciones en los presupuestos de los museos de arte contemporáneo en España han oscilado entre un diez y un treinta por ciento). Sin embargo, en un momento económico como este en el que estamos inmersos, la lógica utilizada hasta hoy no es la que debería aplicarse a la cultura: necesitamos un cambio de modelo productivo, y parece que todos estamos de acuerdo en esto.
Se ha demostrado que la cultura, en los últimos años, es un sector en crecimiento (de hecho, hace ya tiempo que se habla de industrias culturales), capaz de aportar, según el avance ofrecido por la Cuenta Satélite de la Cultura, casi un cuatro por ciento al producto interior bruto. Por sectores, las artes plásticas se sitúan en el cuarto lugar de las aportaciones con las que se mide dicho índice. Es indudable que en la última década los museos se han convertido (en especial los dedicados al arte contemporáneo) en elementos articuladores de numerosas empresas relacionadas con el sector: galerías de arte, empresas de transporte y montaje, gabinetes de diseño, empresas de restauración, imprentas, revistas de arte, etc. Quiere decir esto que, por fin, los museos hemos empezado a quitarnos el sambenito de la falta de productividad en términos económicos; pero, además de empezar a valorarnos como un sector que tiene mucho que aportar a la nueva economía, debe añadirse lo que realmente aportan los museos a la sociedad: creatividad, innovación, educación, investigación, conocimiento y conservación del patrimonio colectivo. Es esta la verdadera contribución social de los museos, una contribución cuyo valor se mide en el largo plazo y no en el inmediato. Invertir en cultura, invertir en patrimonio, conocimiento y educación es construir futuro.
Por todo ello insistimos en la necesidad de mantener el apoyo institucional y social a las estructuras museísticas, que aún están en pleno desarrollo; cortar su impulso, castigando sus ya escasos presupuestos, es cercenar un futuro mejor para nuestra sociedad.
Lo celebramos el 18 de mayo, sí, pero todos los días que los museos abren sus puertas y ofrecen contenidos valiosos son el Día del Museo porque, en el fondo, todos los días son el Día del Público.
ADACE
Asociación de Directores de Arte Contemporáneo
Fundada en 2005 la Asociación está integrada por:
Xavier ARAKISTAIN, director del Centro Cultural Montehermoso, Vitoria-Gasteiz
Ferran BARENBLIT, director del CA2M Centro de Arte 2 de Mayo, Madrid
Manuel BORJA-VILLEL, director del MNCARS, Madrid
Daniel CASTILLEJO, director de ARTIUM, Vitoria-Gasteiz
Gregorio DÍAZ EREÑO, director del Museo Oteiza, Alzuza
Antonio FRANCO, director del MEIAC, Badajoz
Fernando GÓMEZ AGUILERA, director de la Fundación César Manrique, Lanzarote
Javier GONZÁLEZ DE DURANA, director de TEA, Tenerife Espacio de las Artes, Santa Cruz
José GUIRAO, director de La Casa Encendida, Madrid
José LEBRERO, director del Museo Picasso, Málaga
Teresa LUESMA, directora del Centro de Arte y Naturaleza, CDAN, Huesca
Bartomeu MARÍ, director del MACBA, Barcelona
Iñaki MARTÍNEZ ANTELO, director del MARCO, Vigo
Emilio NAVARRO, director del CAB de Burgos
Agustín PÉREZ RUBIO, director del MUSAC, León
Gloria PICAZO, directora del Centro La Panera, Lleida
Laurence RASSEL, responsable de contenidos de la Fundació Antoni Tàpies, Barcelona
Yolanda ROMERO, directora del Centro José Guerrero, Granada
Elena RUIZ SASTRE, directora del Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza
Ana SALAVERRÍA, directora de programación del Centro Cultural Koldo Mitxelena, San Sebastián
Miguel VON HAFE PÉREZ, director del CGAC, Santiago de Compostela
Socios honoríficos
Carlota ÁLVAREZ-BASO
Alicia CHILLIDA
Rafael DOCTOR
Nuria ENGUITA
Miguel FERNÁNDEZ CID
Marta GILI
Pilar MUR
Juan de NIEVES
José María PARREÑO
Teresa VELAZQUEZ