Ante el cese sufrido por Miguel Fernández-Cid de su responsabilidad como Director del Centro Galego de Arte Contemporáneo (CGAC), dado a conocer esta semana por los medios de comunicación, la Asociación de Directores de Arte Contemporáneo de España (ADACE) quiere dar a conocer su opinión ante un hecho que, por desgracia, no termina por quedar desterrado de las prácticas políticas de nuestro país.
ADACE entiende que la continuidad de las personas en los puestos de más alta responsabilidad en las instituciones culturales está sujeta a circunstancias de lo más diverso. Como cualquier otro profesional, y en esto ADACE no pretende que los directores de museos configuren un sector laboral con privilegios que los demás trabajadores no disfrutan. Sin embargo, estas circunstancias nunca deberían estar supeditadas a los variables avatares de la política, sino al examen de la gestión desarrollada por las personas. Aparentemente, no ha sido éste el caso del cese en sus funciones de Miguel Fernández-Cid, teniendo en cuenta el escaso tiempo que los nuevos rectores de la política cultural gallega se han tomado para evaluar una trayectoria de ocho años.
Entendemos que la confianza entre los responsables políticos y culturales debe ser grande y sólida, pero de ningún modo debe suponerse que ha de ser una confianza de naturaleza política, si no queremos convertir la cultura en un campo más de la refriega partidista, sino que debe ser una confianza basada en parámetros técnicos y profesionales, sostenida por la honestidad, el conocimiento y el saber hacer. Una confianza que otorgue al responsable cultural la posibilidad de planear la vida del museo con años de adelanto, lo cual permite (a) evitar las trayectorias erráticas y desconcertantes, (b) formar equipos de trabajo cohesionados, y (c) establecer lazos de relación con otros museos por la seguridad ofrecida al saberse que las personas con las que se habla y negocia, en relación a un material sensible como el arte, no serán removidas de sus lugares de trabajo por circunstancias tan impredecibles como son las políticas.